viernes, 30 de agosto de 2019

El mejor relato que puedas leer


Tu vida importa. Eres alguien y cada día eres algo más de lo que no eras ayer. Estás en una evolución constante.
Así es como empieza el mejor relato que puedas leer en este momento, porque esto es lo que necesitas oír; saber; interiorizar. Ser consciente de que de la inmensa marea de gente que vive ahora, tu eres algo, ni pequeño ni grande, eres tú. No tienes que demostrar ser alguien a nadie, tu camino lo verás claro cuando lo tengas, mientras tanto cada día tendrás que ceñirte a ser algo más de lo que no eras ayer. Que ¿cómo? Viviendo.
Vaya, qué simple todo cuando se tiene que decir, pero ponte tú a vivir y dime si lo estoy haciendo bien. ¿Y si lo estoy haciendo mal? No. No puedes estar haciendo mal algo que no tiene una manera correcta de hacerse. ¿Y si lo podría haber hecho mejor? No. ¿Cómo ibas a saber que lo podías haber hecho mejor sin haberlo hecho mal? Siempre podemos hacer las cosas mejor, ¿de qué sirve pues comerse la cabeza con ello? Pues algo habrá porque yo me siento mal a veces y, todo eso, aunque ya me sepa la teoría de cómo ser feliz. ¿Cómo sabemos identificar algo si no vemos una diferencia clara con otra cosa? Pues así mismo es la vida, ¿cómo voy a saber yo que soy feliz si no veo los momentos en los que no lo soy y comparo?
¿Ya? Pues déjalo ya; y así con suerte te relajas. ¿Qué? No, no, en serio, déjalo. Pensar de más es lo que se lleva, salte de ahí y piensa cuando tengas que hacerlo. Para el resto de veces, te tomas algo viendo cómo ocurren las cosas y le sacas el lado positivo a todo. Te recuerdo que tu vida es la que importa, mientras dure tienes que aprovecharla.

sábado, 29 de junio de 2019

El porqué

Vete a dar una vuelta, disfruta de la brisa, del sol, de la arena que vas arrastrando con tus zapatillas mientras caminas por el paseo de la playa. Respira hondo y siéntete libre, no te ata nada, te atas tu solo y ahora toca liberarte, sentir la libertad que tienes y que a diario parece que no ves.
Te preguntas por el objetivo, la razón, el motivo, cuando estos cambian constantemente y lo que importa es que tengas el tiempo libre suficiente como para elegir una de esas metas y desarrollarla, cambiarla y reconfigurarla según tus necesidades de cada momento.
Nadie te tiene que decir el porqué, tu eres quien tiene que decírselo al resto. Decirles que haces lo que quieres y no te preocupa si no es lo que ellos harían.
La brisa, la marea, el calor de la acera, el arrastrar de la arena, todos los eliges disfrutar o no. Eliges encerrarte o no. Eliges ver o dejarlo todo para un momento mejor, momento en el que no tendrás tiempo tampoco, ni motivación, por lo que lo pospondrás y te desmotivarás cada día porque al final no haces nada. Nada de nada. Quieto. Pensando. No meditando. Paralizado. Desmotivado. Buscándole sentido a algo que de por sí no lo tiene.
De nuevo te digo, levántate hoy, elige algo simple que hacer, hazlo. Vuelve a tu encierro, pero esta vez siéntete satisfecho por haber hecho algo que tú querías hacer. Cuando lo repitas un par de veces tus objetivos aparecerán más claro, porque estarás experimentando la vida y sabiendo Qué quieres y Qué no.