Siempre que hacemos una foto, ésta acaba inmortalizando una situación de una manera que puede no ser la adecuada. Unos retoques en el brillo o el color de la imagen pueden darle un mensaje distinto del que trasmitía previamente.
No solo la escritura puede difundir mensajes distintos según las lecturas que le des al texto, o la música puede revelar nuevos matíces que no se apreciaban en una primera reproducción. Como las demás artes que se perciben con la mirada, la fotografía, pese a no ser tan múltiple en sus posibles interpretaciones, permite modelar la realidad para ajustarla a lo que sentimos o queremos expresar.
Muchas veces apetece salir a dar una vuelta e inmortalizar una situación o un sentimiento mediante elementos de la realidad mediante perspectivas y colores que transmitan una realidad distinta. Incluso, elegir cómo la queremos inmortalizar, o mejor, cómo nos queremos inmortalizar en ella.
Para mí, la fotografía se halla dentro de mis artes favoritas para expresar elementos de ciencia ficción por su capacidad de moldear el mundo a antojo del fotógrafo.