Tu vida importa. Eres alguien y
cada día eres algo más de lo que no eras ayer. Estás en una evolución
constante.
Así es como empieza el mejor
relato que puedas leer en este momento, porque esto es lo que necesitas oír;
saber; interiorizar. Ser consciente de que de la inmensa marea de gente que
vive ahora, tu eres algo, ni pequeño ni grande, eres tú. No tienes que
demostrar ser alguien a nadie, tu camino lo verás claro cuando lo tengas, mientras
tanto cada día tendrás que ceñirte a ser algo más de lo que no eras ayer. Que ¿cómo?
Viviendo.
Vaya, qué simple todo cuando se
tiene que decir, pero ponte tú a vivir y dime si lo estoy haciendo bien. ¿Y si
lo estoy haciendo mal? No. No puedes estar haciendo mal algo que no tiene una
manera correcta de hacerse. ¿Y si lo podría haber hecho mejor? No. ¿Cómo ibas a
saber que lo podías haber hecho mejor sin haberlo hecho mal? Siempre podemos
hacer las cosas mejor, ¿de qué sirve pues comerse la cabeza con ello? Pues algo
habrá porque yo me siento mal a veces y, todo eso, aunque ya me sepa la teoría
de cómo ser feliz. ¿Cómo sabemos identificar algo si no vemos una diferencia
clara con otra cosa? Pues así mismo es la vida, ¿cómo voy a saber yo que soy
feliz si no veo los momentos en los que no lo soy y comparo?
¿Ya? Pues déjalo ya; y así con
suerte te relajas. ¿Qué? No, no, en serio, déjalo. Pensar de más es lo que se
lleva, salte de ahí y piensa cuando tengas que hacerlo. Para el resto de veces,
te tomas algo viendo cómo ocurren las cosas y le sacas el lado positivo a todo.
Te recuerdo que tu vida es la que importa, mientras dure tienes que
aprovecharla.