viernes, 25 de noviembre de 2016

Nadie puede herirte cuando estás solo

Lo pienso de vez en cuando, las relaciones sociales son un estrés. Sería más fácil vivir en mi territorio yo solo. Nadie a quien tener que apreciar ni a quien te puedas abrir lo suficiente como para darte cuenta de que no es lo que tu esperabas. Nadie que te decepcione en modo alguno.
La naturaleza ya es de por sí decepcionante en muchas ocasiones pero al menos no te da a creer cosas que no son de la manera que lo hacen los humanos. Una planta puede tener unas flores muy vistosas y ser muy venenosa al mismo tiempo, pero de ese hecho solo te percatas cuando ya estás envenenado o muerto. Por lo que no te lleva a creer nada o al menos no el tiempo suficiente como para tener una crisis existencial sobre la actitud con la que afrontas la vida. Con la planta vives o mueres, sufres rápida o inmediatamente, no padeces una agonía ni una caos mental constante sobre el hecho en sí.
Es mucho más fácil encerrarte en tu espacio personal sin tener que lidiar con los diferentes comportamientos humanos que pueden llevar a confusión y, según la situación, romperte por dentro.
Porque al final nadie puede herirte el corazón si estás solo.

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