Sin duda, tener amigos era
una tarea difícil en un mundo en el que te podías follar a toda la gente.
Samuel, del cual se desconoce su vida, creó una forma de lidiar con el problema,
la llamó “la clasificación del gusto”. En ella se establecían diferentes
categorías de personas. Las dividió según hechos bastante básicos, pero logró
mitigar los problemas que derivaban del caos del gusto.
En un principio, separó las letras dobles de las mixtas, por razones de reproducción, logrando obtener varones y hembras, y estableciendo así las dos únicas direcciones de atracción posible, es decir, del hombre hacia la mujer y de la mujer hacia el hombre.
En un principio, separó las letras dobles de las mixtas, por razones de reproducción, logrando obtener varones y hembras, y estableciendo así las dos únicas direcciones de atracción posible, es decir, del hombre hacia la mujer y de la mujer hacia el hombre.
Tras un barrido general,
decidió que las personas con experiencias vitales que no rondasen más de
dieciséis años estarían vetadas de cualquier relación física con sus propios
compañeros y, a su vez, con el resto de personas. De este barrido, especificó
que únicamente aquellos que superasen la década tendrían permitido sentir
cualquier tipo de atracción hacia otra persona. Estos límites se popularizaron
como “madurez sexual”.
En la otra parte de la
escala de experiencias vitales, invirtió mucho esfuerzo en lograr una división
lo suficientemente precisa como para ser equitativa para ambas letras. Sin
embargo, las letras mixtas parecían oponer resistencia ante “la clasificación
del gusto” de Samuel y este decidió prolongar su “atracción sexual” durante más
tiempo para no poder instaurar lo antes posible la clasificación. Las mujeres
tendrían, pues, una “atracción sexual” finita, mientras que los hombres la
conservarían de forma indefinida.
El resto de personas,
cuya “atracción sexual” seguía intacta fue subdivida en tres grupos, comenzando
con aquellos que pasarían a conocerse como “jóvenes”, siguiendo con aquellos cuya
madurez sexual estaba en declive, y acabando con las personas que se
encontraban en algún punto cerca del fin de su “atracción sexual”. Estos grupos
no solo separaban experiencias vitales, pues levantaban un muro infranqueable.
Una vez establecidos los
rangos de experiencias, vetó el contacto entre personas con un parentesco menor
a diez grados, obligando así a las personas a realizar viajes a otras tierras con
el fin de poder sentirse atraídos hacia otras personas.
“La clasificación del gusto” se tomó como la norma social a seguir y es persiguió y castigó cualquier extralimitación de los muros instaurados por esta.
….continuará.
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